El acné es un problema muy común de la adolescencia que muchas veces se mantiene en edades más adultas. Una de sus principales consecuencias son las cicatrices que deja, las cuales son muy visibles y en ocasiones afectan nuestra autoestima también. A la hora de eliminarlas es importante que acudamos antes que nada a un dermatólogo, ya que todo dependerá de su profundidad y antigüedad.
La profundidad nos indicará si es necesario un tratamiento más o menos agresivo, en todo caso las mejorías que se logran son siempre evidentes e incluso se puede llegar a la desaparición completa. En algunos casos basta simplemente con peelings químicos adaptados o un tratamiento con láser fraccionado para mejorar y uniformizar la superficie cutánea.
Por otro lado, en casos más graves se opta por un ‘punzón’, es necesario recurrir a peelings químicos más profundos o láseres ablativos. Además, a nivel cosmético podemos encontrar varias cremas que, si bien no borran las cicatrices por completo, ayudan a que la piel se regenere y funcionan como exfoliantes.
Esto era lo que teníamos para compartir hoy, esperamos que esta información te sea de gran utilidad y puedas mantener tu piel en buen estado, ¡suerte!
Con este tipo de tratamientos hay que tener mucho cuidado, porque lo mismo que nos pueden ayudar a borrar las marcas, también pueden estropear nuestro rostro. Tanto el uso de lasers como el de ácidos, son los más utilizados para la eliminación de marcas, pero dejan el rostro muy débil. Por lo que hay que informarse bien sobre el tratamiento y más aún sobre los cuidados posteriores.