La llegada de un bebé a nuestra vida implica muchos cambios, también en cuanto al hogar.
Una de las tareas que debemos llevar a cabo, es la decoración de la habitación para el nuevo integrante de la familia.
Para lograr la habitación perfecta, podemos tomar los valiosos aportes del Feng Shui. Esta técnica oriental milenaria, permite armonizar la energía de cada espacio de nuestro hogar.
Según el Feng Shui, un habitación ordenada, produce armonía y una desordenada, produce todo lo contrario. Por lo tanto, debemos planificar una habitación, donde reine el orden, pero sin hacer de ello, una obsesión.
Un de los elementos más importantes de esta habitación será la cuna del bebé. Según el Feng Shui, es altamente recomendable que la cama sea de madera. Debe ubicarse lejos de la ventana, pues ello se relaciona con la salud del pequeño. Además, los pies del niño, no deben estar hacia la puerta de entrada. Esto se suele relacionar con un carácter irritable.
Se debe evitar la ubicación de aparatos eléctricos cerca de la cuna, pues generan campos energéticos, que pueden afectar a la armonía del ambiente y del pequeño.
Asimismo, la disposición de los muebles en el espacio, y el orden de los objetos, debe posiblitar la correcta circulación del aire. Las ventanas y las cortinas deben asegurar la iluminación natural del ambiente. Una buena idea es utilizar el color blanco para la tela de las cortinas.
A la hora de seleccionar muebles, se recomienda los fabricados en madera, pues los mismos, favorecen el desarrollo de la concentración y la creatividad.
Para finalizar, te aconsejamos no utilizar tapizados ni alfombras, pues las mismas, acumulan polvo y pueden funcionar como alérgenos.
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