Tanto en el mundo animal como en el humano se utilizan distintas señales para seducir a una persona del otro sexo.
Los animales utilizan olores, su propio colorido o distintos sonidos para darle a entender a su pareja que están seduciéndola, ¿y los humanos?
Los seres humanos también transmiten señales, las cuales muchas veces son inconscientes. Hoy pondremos al descubierto algunas de ellas.
En esta fase de pre-enamoramiento ambas personas, tanto el hombre como la mujer, intentan aumentar su atracción realzando su aspecto físico.
En el caso de los hombres, al observar a una mujer, mantienen la mirada por un tiempo; en cambio la mujer tiende a mirar por poco tiempo y apartar la mirada cuando esta se cruza con la de la otra persona.
Otro factor a resaltar es a nivel físico; la persona intenta hacer contacto por medio de distintos «roces», por ejemplo, cuando le quita una pelusa de la ropa o un cabello de la cara.
El nerviosismo es una de las características más notorias, el cual identificamos a través de temblores en el cuerpo, torpeza, confusión o falta de memoria.
Otra de las cosas que debemos analizar es observar en dónde se sienta esa persona al acercarse, si se coloca a nuestro lado o en frente nuestro para mirarnos. Si está junto a nosotras, estudiar si alguna parte de su cuerpo nos roza, como la pierna por ejemplo.
Un signo más sutil de atracción es la postura que adopta: brazos relajados y en posición abierta, mostrando que es accesible.
Por tanto, ¡a ser más observadoras chicas!, quizás el chico que nos gusta está interesado en nosotras y no nos dimos cuenta.