Durante el verano nuestra piel debería ser una de las mayores preocupaciones, ya que el sol puede dañarla mucho si no tomamos las precauciones necesarias. Aquí entra en juego el protector solar, es importante que no salgamos de casa sin este, aunque, también debemos saber escoger uno, debes saber que existen dos tipos: físicos y químicos, hoy te contamos en qué consiste cada uno.
Primero que nada queremos resaltar que ambos son buenos a la hora de protegernos de la radiación solar. Los químicos contienen compuestos sintéticos que actúan cuando son absorbidos por la piel. Su gran ventaja es que, al ser absorbidos, no crean un halo blanco en la piel, además de penetrar mejor. Aunque también tiene desventajas, la principal es que pueden causarnos irritaciones o alergias por lo que son menos recomendables para pieles intolerantes.
Por otro lado, en el caso de los físicos, estos sí dejan un halo blanquecino y esto es lo que los distingue, los mismos forman una barrera que refleja la luz solar de forma que no es absorbida por nuestra piel. Su mayor ventaja es que es menos probable que nos den una alergia y se adaptan a la piel. Su desventaja es que son muy densos, por lo que en pieles grasas no son absorbidos por completo.
Esto era lo que teníamos para compartir hoy, esperamos que esto te ayude a entender mejor lo que utilizas en tu piel y puedas elegir el correcto. ¡Suerte!