Siempre hablamos de temas femeninos, pero ¿qué pasa cuando apenas dimos a luz, con nuestra pareja?
Aunque no lo crean, ellos sufren depresión posparto sin haber estado embarazados!!
No es un sentimiento masivo, se trata del 10% de los hombres, pero algo está cambiando para que se animen a confesar que tener un hijo les mueve el piso, los asusta, los entristece. Y ese algo, en gran parte somos las mujeres, que en una dosis (también homeopática) les estamos permitiendo no ser fuertes el 100 % del tiempo.
Según estudio este síntoma se llama el ”baby blues”, alcanza su pico entre los 3 y 6 meses posteriores al nacimiento del bebé.
Pero también hay hombres que al tener un hijo entran en pánico y no necesariamente por la responsabilidad que implica tener que ser el “macho proveedor” de esa familia (mandato social que tambalea en las crisis económicas globales cuando son ellos los que más sufren el desempleo). Lo que los angustia es que ven como la energía afectiva de sus mujeres es consumida casi en exclusividad por ese recién nacido al que todavía consideran prácticamente un extraño.
Retomar el eje es un trabajo al que deberán dedicarle tiempo, anteponiendo la cabeza a los efectos colaterales del narcisismo herido. Y si bien es un proceso personal, hay toda una instancia que ese varón deberá atravesar junto a su pareja, que lentamente y si hay amor, comenzará a encontrar su nueva forma de “ser dos”, de tener intimidad y vida propia, y todo esto en medio de una familia con hijos.