El barro tiene una gran cantidad de propiedades beneficiosas, entre ellas refrescar las entrañas y restablecer la irrigación sanguínea en la región del cuerpo que se vea afectada por una enfermedad.
Además, funciona como antibiótico y cicatrizante, eliminando la materia muerta y reestableciendo las células vivas. Debido a esto se le atribuye un gran simbolismo y significado espiritual.
Para seguir un tratamiento con barro lo que se hace es preparar cataplasmas de barro. Estas se usan comúnmente para calmar el dolor producido por inflamaciones en distintas partes del cuerpo. Para hacerlas, se necesita barro libre de basura, excrementos o cuerpos extraños. Esto es algo indispensable, ya que de otra forma sería poco higiénico.
Una vez extraída la tierra, se la pasa por un tamiz y se la coloca en un recipiente, el cual se llena con agua hasta crear una pasta. Este barro es esparcido por un lienzo, dejando 5 o 6 cm de espesor.
Por último, se aplica el lienzo directamente sobre la piel. Terminado esto se cubre con diarios y después con un lienzo limpio. En los lugares donde la inflamación es mayor se deberá colocar más barro.
La cataplasma también se aplica en el centro del vientre, de esta forma actúa en el centro de la actividad orgánica, el sistema digestivo.
Si deses volver a usar la tierra puedes hacerlo. Pero, antes debes dejarla a la intemperie por 6 o 8 días para que se purifique. De esta forma, las materias dañinas que se desprendieron de tu cuerpo serán absorbidas por el suelo.
Es común que se cometa el error de aplicar el barro desde el ombligo hacia abajo, cuando, en realidad, se debe aplicar desde el pecho hasta la ingle, cubriendo también los costados del tronco.
Fantastico, ¿no? ¿Por qué no lo intentas?