¿Qué hacer si tu amiga es una “bruja”?




La bruja es un arquetipo milenario. Mujer sabia, pero también malvada y envidiosa, deseosa de causar todo el sufrimiento posible, a otras mujeres.

Las mujeres, victimas y victimarias en el tema de la competencia femenina, y de la envidia, podemos convertirnos en brujas, o ser el blanco preferido de ellas.
En esta ocasión, te ofrecemos algunos indicadores para que descubras si tu amiga se ha convertido en una bruja, y algunos consejos para que aprendas a manejar su lengua venenosa, sin morir en el intento.
Lo primero que debes saber sobre la bruja, es que su intento de bajar tu autoestima, tiene el objetivo de subir la suya. Este tipos de mujeres suelen tener graves fallas en la confianza en sí mismas, siendo muy inseguras. Tienden a compararse con las mujeres que las rodean, y sin en esa comparación salen perdiendo, los sentimientos de inferioridad afloran. El mecanismo que encuentran para no perder en esta competencia, es destruir el autoestima de las mujeres  ante  quienes se sienten amenazadas. Pequeños comentarios hirientes, miradas desaprobatorias, o creación de rumores malvados, son algunas de sus armas frecuentes.
En el momento en que una bruja busque  crear conflictos, preguntale ingenuamente, por qué está diciendo algo tan hiriente. Le harás reflexionar sobre los motivos que tiene para atacarte. Dejarás de ser el centro de su atención, y pensará en que es lo que está mal en ella.
Otra de las técnicas que puedes utilizar, es responder cada uno de sus ataques con una sonrisa y palabras halagadoras hacia ella. De esta forman, demostrarás que sus ondas negativas no te afectan y que eres tan segura de tí misma, que puedes valorar sus aspectos positivos.
Por último, recuerda que las brujas más astutas actúan desde las sombras. Sabotean tus planes, inician rumores sobre tu vida privada. Frente a ésto, manéjate con tranquilidad. Los rumores, son sólo eso, comentarios sin fundamento. Ríete de ellos. Cuando vea que no te afectan, dejará de esparcirlos, pues verá que sus malas intenciones no llegan a buen puerto.

La bruja es una arquetipo milenario, mujer sabia, pero también malvada y envidiosa, deseosa de  causar todo el sufrimiento posible en otras mujeres.
Las mujeres, victimas y victimarias en el tema de la competencia femenina, y de la envidia, podemos convertirnos en brujas, o ser el blanco preferido de ellas.
En esta ocasión, te ofrecemos algunos indicadores para que descubras si tu amiga se ha convertido en una bruja, y algunos consejos para que aprendas a manejar su lengua venenosa, sin morir en el intento.

Lo primero que debes saber sobre la bruja, es que su intento de bajar tu autoestima, tiene el objetivo de subir la suya. Este tipos de mujeres suelen tener graves fallas en la confianza en sí mismas, siendo muy inseguras. Tienden a compararse con las mujeres que las rodean, y sin en esa comparación salen perdiendo, los sentimientos de inferioridad afloran. El mecanismo que encuentran para no perder en esta competencia, es destruir el autoestima de las mujeres  ante  quienes se sienten amenazadas. Pequeños comentarios hirientes, miradas desaprobatorias, o creación de rumores malvados, son algunas de sus armas frecuentes.

En el momento en que una bruja busque  crear conflictos, preguntale ingenuamente, por qué está diciendo algo tan hiriente. Le harás reflexionar sobre los motivos que tiene para atacarte. Dejarás de ser el centro de su atención, y pensará en que es lo que está mal en ella.

Otra de las técnicas que puedes utilizar, es responder cada uno de sus ataques con una sonrisa y palabras halagadoras hacia ella. De esta forman, demostrarás que sus ondas negativas no te afectan y que eres tan segura de tí misma, que puedes valorar sus aspectos positivos.

Por último, recuerda que las brujas más astutas actúan desde las sombras. Sabotean tus planes,  inician rumores sobre tu vida privada. Frente a ésto, manéjate con tranquilidad. Los rumores, son sólo eso, comentarios sin fundamento. Ríete de ellos. Cuando vea que no te afectan, dejará de esparcirlos, pues verá que sus malas intenciones no llegan a buen puerto.


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