Riesgos del verano ¡a cuidarse!

El verano es la estación favorita de muchas personas. Es alegre, se pueden hacer millones de cosas al aire libre, nuestro cuerpo agradece el calor del sol, pero también se debe tener mucho cuidado.

Por eso, aquí te enumeramos algunos riesgos del verano, para que tomes precauciones y no tengas que sufrir las consecuencias.

Primero que nada, es importante recordar que en verano nuestro cuerpo pierde mucho líquido, la perdida de agua y sales minerales puede ocasionar calambres, agotamiento por calor o golpes de calor.

Para no deshidratarte te recomendamos beber agua o cualquier otro líquido frecuentemente, no esperes a tener sed. Evita bebidas muy azucaradas, las alcohólicas, el café y el té.

También es importante que comas ligero y te refresques a menudo. Cuando estés en el exterior cuídate del sol. Reduce toda actividad física intensa que realices. Por la noche, aprovecha a ventilar las habitaciones.

Recuerda que la piel sufre si se encuentra expuesta al sol intenso de forma prolongada. Muchas veces nos damos cuenta de esto cuando llegamos a casa y vemos las quemaduras.
Por lo general, estas quemaduras suelen ser de primer grado, y los síntomas son enrojecimiento, hinchazón y dolor. Luego de 3 días comienza a desvanecerse, la piel se descama dando lugar a piel nueva y no quedan huellas.

Si se producen ampollas, quiere decir que la quemadura es de segundo grado, en este caso la regeneración tarda de 8 a 10 días.

Si este es nuestro caso, te recomendamos aplicar compresas frías sobre la piel enrojecida, de esta forma apaciguamos el dolor. Es muy importante que no utilices hielo, ya que esto producirá quemaduras también.

Otra cosa que puedes utilizar son cremas con cortisona, estas tienen un alto poder antinflamatorio. Y además, no olvides beber mucha agua para comenzar a hidratarla desde adentro.

Por último, en cuanto a las comidas, es importante esperar al menos 1 hora y media antes de meterse al agua.

Luego de las comidas el flujo sanguíneo se concentra a la altura de las vías digestivas, por tanto, tenemos menos sangre en el resto del cuerpo. Es por esto que cuando nos metemos al agua y sufrimos un cambio brusco de temperatura, la sangre que se encuentra en el tubo digestivo se dirige hacia otros órganos para contrarrestar este efecto, lo cual puede producir un corte digestivo. Este se caracteriza por provocar mareos y otros síntomas.

Recuerda que aquellos alimentos ricos en grasa o con mucha cantidad de dulce tardan más en digerirse.

Teniendo todo esto en cuenta ¡Que disfrutes mucho de tu verano!

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