Al menos eso es lo que afirma un estudio de realizado en una universidad de Sidney del que se extrae que dejar de consumir bebidas azucaradas no ayuda a perder peso, aunque ésta sea la creencia más extendida.
La obesidad es un problema cada vez más extendido mundialmente. Desde la década de los 80 las personas con esta enfermedad se han duplicado, algo preocupante puesto que esta enfermedad tiene graves consecuencias para la salud, llegando incluso a la mortandad en casos graves. Este sobrepeso se cree que es el causante de un alto porcentaje de casos de diabetes, enfermedades cardiacas y cáncer.
Así pues, este estudio, “La paradoja australiana”, muestra como en Australia, en una ola de preocupación por la salud, se redujo el consumo de azúcar y bebidas azucaradas en un alto porcentaje (un 23% y un 16% respectivamente) sin conseguir que la obesidad se frenase, sino todo lo contrario, se triplicó.
Además, otros estudios de Reino Unido, Estados Unidos y otra publicación de la Obesity Review apuntan en la misma dirección. Ante algunos intentos realizados para demostrar que el aumento de peso tenía como uno de los causantes la ingesta de bebidas azucaradas, no pudo demostrarse esta relación.
Así pues, quizás algunos de los consejos o llamamientos por parte de instituciones y gobiernos para consumir menos bebidas azucaradas con el fin de reducir la obesidad no sean del todo certeros.
En cualquier caso, se debe seguir estudiando cuáles son los principales causantes de este mal tan complejo para poder luchar contra él con métodos eficaces como una alimentación sana combinada con algo de ejercicio.
Comer de más y comer basura. Yo no lo veo tan difícil.
¿Mal complejo?