La inseminación artificial es uno de los métodos que se utiliza cuando una pareja desea tener un hijo pero tienen problemas de infertilidad. Mediante este método se pueden inseminar espermatozoides o bien el embrión ya fecundado, según cada caso.
Está tiene una efectividad de un 70%, aunque por lo general, se requiere de varios intentos antes de lograr la fecundación. Aún así, es un método que tiene excelente reputación.
El recurrir a una forma antinatual para tener un hijo genera mucho miedos, sin embargo, si estás pensando en hacerlo, te hará bien saber que esta técnica está avalada por la comunidad científica. Si bien presenta algunos riesgos, tal como cualquier otra intervención médica, sus porcentajes son bajísimo.
Siguiendo con los números, la inseminación artificial puede provocar abortos espontáneos en un porcentaje de alrededor del 20% de los casos. Y por otro lado, también existe un pequeño número de mujeres que después de probarla sufrieron de algún tipo de infección, alergias y problemas inmunológicos y embarazos ectópicos. Además, esta práctica también puede llevar a tener embarazos múltiples.
Si estás pensando en esta posibilidad es muy importante que hables del tema con un especialista, para conocer los alcances y riesgos de la misma. Por otro lado, si ya lo decidiste, entonces deberías considerar recurrir a profesionales que estén capacitados en la práctica para que te asistan, tanto en sentido psicológico como para resolver cualquier otro problema que se presente durante el proceso.