Por lo general, las mujeres nos encontramos en la eterna lucha de controlar nuestro peso, sometiéndonos a dietas que nos privan de muchas cosas ricas para vernos bellas. Entre los muchos factores que nos llevan a subir de peso, uno de ellos es comer rápido. Por tanto, no solo el comer desbalanceadamente nos afecta sino también el tiempo que le dedicamos a las comidas.
Es común que el estrés y la falta de tiempo nos jueguen en contra y nos hagan dedicarla menos tiempo del necesario al acto de comer.
¿Cómo nos afecta exactamente el comer rápido? Cuando nos alimentamos a toda velocidad ingerimos alimentos hasta que el centro cerebral del apetito nos envía la señal de que estamos satisfechos. La señal de que estamos llenos no llega inmediatamente, sino que con 15 minutos de retraso. Por lo tanto, si comemos demasiado rápido la señal llegará cuando ya nos hayamos pasado de comida y consumido más de lo necesario.
Por otro lado, también es muy importante comer sentados, nunca de pie o mirando televisión.
Otra de las ventajas de comer a un ritmo adecuado, es que masticamos los alimentos de forma adecuada lo cual facilita la digestión y nos ayuda a no sufrir males estomacales después de comer. De esta forma, también aprovechamos mejor los nutrientes y controlamos la calidad y cantidad de lo que comemos.
Sin duda estas son buenas razones para comenzar a comer más lento disfrutando cada bocado. Tu cuerpo te lo agradecerá y podrás cuidar de tu figura.