La próxima llegada del verano, trae consigo el sol y el deseado bronceado para nuestra piel.
Sin embargo, no debemos olvidar los peligros que implica la exposición a los rayos solares.
Los rayos UVA y UVB, son causantes de envejecimiento celular, quemaduras, alergias cutáneas, y en los casos más graves, cáncer de piel.
Por lo tanto , el cuidado de la piel se vuelve una tarea esencial, siempre que se esté expuesto al sol.
Para ello, es necesaria la utilización de protectores solares. El factor de protección debe corresponderse con el color de piel. Las pieles blancas deben aplicarse un factor alto, (30), mientas que las pieles más oscuras pueden optar por un factor más bajo (15 por ejemplo).
El protector solar debe reaplicarse cada dos horas, y cada vez que se transpire o después de darse un baño en el mar o en la piscina.
Por otra parte, debes recordar cuidar tus labios con un protector labial, para evitar que se resequen.
También necesitarás gafas de sol, para cuidar tus pupilas de los efectos de los rayos solares.
Recuerda no exponerte al sol en las horas en que sus rayos son más intensos (de 10 a 16 horas).
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