Estrategias para enfrentar la soledad

«Me siento muy mal cuando estoy sola…», «… no puedo estar sola«, si estas son palabras o pensamientos tuyos, tranquila, esto se puede resolver. Es que esta dificultad de no saber enfrentar la soledad, es común y es probable que su origen sea la manera que se estableció el vínculo con tus cuidadores, madre, padre, abuelos… pero más especialmente, esa persona que tenía la responsabilidad de cuidarte.

Si en esta relación pudiste percibir que podías acceder a ella de manera segura, podrás aprender a estar solo; pero si no, vas a necesitar de alguien que te complete, ya que no soportarás la soledad.

Hoy te damos algunas estrategias para no sentirte sola, no dudes en aplicarlas:

Conoce cómo funciona tu mente. Si puedes percibir el calor, afecto y amor de alguien que te apoye, tu cerebro vivirá y registrará esa sensación  continuamente, intenta que sea intemporal.

Confía en tu capacidad de cambio. Utiliza la imaginación y las visualizaciones, como un instrumento de apoyo; así deberás imaginarte a ti misma de la manera en que te gustaría verte y actuar.

Busca el origen de tu soledad. Deberás para ello, decidirte a perdonar a esa persona que te hizo sentir que el mundo no era confiable, o que tú eras incapaz de sobrevivir en él por tus propios medios. Buscarás en tus recuerdos o en las historias contadas en tu familia, motivos que puedan hacerte entender las razones por las cuales quienes te tuvieron a su cuidado, en ocasiones, o bien te sobreprotegieron o bien, te descuidaron. Así, comenzará tu camino hacia la auto mejora.

Aprende a darte el calor que te faltó. Imagina y siente que la niña que fuiste, se siente acompañada, apoyada acariciada, valorada y segura, para ir al mundo y recorrerlo feliz.

Habla con tu niña interior. Imagínate que ahora, que ya eres adulta, puedes tomar en tus brazos a la niña que fuiste. Cuando lo hayas hecho y la tengas en tus brazos, acércate a su oído y susúrrale: «no te preocupes… aunque te sientas sola y triste, yo estoy aquí y te voy a ayudar a crecer».

Repite la visualización. Deberás decidir poner en práctica de manera estricta esta visualización, hasta hacerla un hábito.

Pregúntate qué te hace falta. ¿Cómo te sentirías feliz? Tal vez sea teniendo una pareja, cambiándote de trabajo, teniendo más amigos, aumentando tus actividades sociales, cambiando algún aspecto de tu físico que crees podrías mejorar (bajar algunos kilos, cortarte el pelo, etc.).Busca aquello que crees que te haría sentir feliz nuevamente y realiza un plan para lograrlo.

Llévalo al extremo. Piensa e imagina cómo sería si de verdad estuvieras sola: ¿qué tendrías que hacer para conseguirlo? Descubrirás qué te hace falta para sentirte acompañada.

Imagina que ya lo disfrutas. Una vez que has descubierto qué necesitas para no sentirte sola, trabájalo con la imaginación activa: imagina que ya lo tienes.

¡Ánimo!, podrás sentirte mejor con estos consejos, disfruta de la naturaleza y de los seres que te quieren.

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