Cuando las mujeres intentamos adelgazar, un obstáculo se interpone en nuestro camino: el problema del tiempo. Las comidas sanas y bajas en calorías no siempre son las que se preparan más rápido, se venden preparadas en tiendas, o son económicas. Ésto lleva, muchas veces a que nuestra dieta fracase.
Para evitar este problema, debemos planificar estrategicamente nuestra alimentación. Si organizas perfectamente lo que comerás cada día, será más fácil que logres tus metas. Evitarás caer en la tentación de consumir productos ricos en calorías y al mismo tiempo, incluirás las vitaminas y minerales vitales para la salud.
Una buena idea es armar un cronograma, que detalle cada comida de la semana. Organiza en que horarios cocinarás, cuando comprarás los productos y a que hora te alimentarás. De esta forma, tendrás una rutina a la que tu cuerpo se adaptará: tendrás hambre siempre a las mismas horas, y tendrás preparada la comida. Así evitarás gastar en tentempiés, que muchas veces no son solamente perjudiciales para tu salud, sino también para tu bolsillo.
Otra medida para combatir el hambre a deshora, es tener ensaladas siempre preparada en la nevera, pues cuando el hambre ataque, podrás consumir un alimento sano y bajo en calorías, sin tener que esperar.
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